lunes, 1 de julio de 2013

Al fin paz

Nuevamente el frio acero de esa maldita hebilla pega en mi espalda. Las marcas son parte de mí, no siento el dolor, no siento nada.
Me mira a los ojos, esos ojos que hoy no reconozco, esos mismos que me miraron e inundaron mi ser con palabras que hoy no demuestra. Pero hoy me canse. Hoy fue suficiente de esto, ya no soporto más.
Me dirijo a la cocina, huyendo y me sigue, me grita, me atormenta.
¿Que mas puedo hacer?
La luz esta apagada y creo que he olvidado donde se encuentra el interruptor. Y no se si la habitación esta oscura porque no veo o no veo porque estoy a oscuras. Oscura yo, oscuras mis intenciones, mis anhelos, mi futuro y mi vida. ¿Dónde quedaron esos sueños que imaginamos? ¿Dónde esta ese amor que nos juramos?
Tú me humillas, me maltratas y yo no hago más que seguir a tu lado, obedeciéndote cual animal amaestrado.
Encuentro la perilla de la luz, pero no estoy segura de accionarla, tengo miedo de verte y en tu reflejo ver mi miedo, mi terror.
Finalmente enciendo la luz, horrorizada intento tomar un cuchillo, pero, ¿Para que? ¿De que me serviría? ¿Estoy dispuesta a usarlo, a lastimarte?
Si lo hago, si me vengo, seré como tu, caeré tan bajo que ni Dios podrá levantarme, si es que este existiera.
Nunca creí en esos cuentos de hadas, siempre fui muy escéptica al respecto, a cada persona que intentaba “ofrecerme” la palabra de Dios le decía: “No quiero sus palabras, quiero sus acciones, ahora, hoy y para conmigo”.
Pero jamás logre conseguir nada de ese amigo imaginario de adultos y la verdad es que prefiero que no exista, porque si lo hace, realmente me odia.
Me puso entre la espada y la pared, literalmente estoy así.
Mis opciones se reducen a nada. Lo mato y vivo con esa culpa, esa carga enorme en mi espalda por el resto de mis días. O dejo que me mate y ya no tendré ni sufrimiento, ni culpa, ni carga, ni vida.
Ahora me encuentro apoyada con mis manos sobre la mesada, esa que elegimos juntos, cuando aun nos amábamos.
¿Aun nos amábamos? ¿Alguna vez me amo?
Pasan los segundos y no logro conseguir la fuerza para hacerlo, espero que el tampoco.
El cuchillo parece hablarme, ya creo que termine de enloquecer, o son las voces en mi cabeza que me recuerdan todos los momentos en los que llore por esta bestia que me hostigan para terminar con esta pesadilla que él un día decidió empezar.
Doy media vuelta, aun con el cuchillo en la mano y una angustia inmensa. Lo miro fijamente pero no logro verlo. No consigo enamorarme como lo hice la primera vez. Entonces quizás si lo mato no estoy matando aquel amor, aquel hombre que logro hacerme feliz, quien fue tierno y dulce conmigo.
Dejo de pensar, mi mente se cierra, se acerca a mi, impulsivo sin ver que esta vez, por primera vez después de 5 años, estoy lista para defenderme.
Cierro los ojos, me tranquilizo y todo terminó.
Ya tengo paz, ya nada ni nadie volverá nunca a agredirme.
Desde hace mucho tiempo no me sentía así. Feliz.
Comienzo a desvanecerme, quizás sea el cansancio.
Y nuevamente escucho su voz. Otra vez tengo miedo ¿O no?
Ya no. Ahora tengo paz. 

lunes, 26 de noviembre de 2012

Tipos de "ME GUSTA" en facebook

El me gusta en todasss las fotos de perfil, por mas que hayas salido peor que Zulma Lobato bailando en tanga en medio de un concierto de Lady Gaga, ese tipo de me gusta significa "ME DAS DOS SEGUNDOS A SOLAS CON VOS Y TE MUESTRO LAS MIL FORMAS DE MORIR VIOLADO/A"


El me gusta en el ultimo estado, el estado masss pedorro que podrias haber puesto. Ejemplo: "comiendo comida". Ese te esta diciendo: "MIRA QUE ESTOY CONECTADA/O EH!! NO ME VAS A HABLAR!??"



El me gusta en una foto con un/a "amiga/o", ese marca territorio, te esta queriendo decir: "Mira que linda/o que saliste con la putita esa" 



El me gusta en estados o fotos de hace mesesss, ese es muy claro, TE ESTAN REVISANDO TODOOOOO EL FACEBOOK!!! Asi que si tenes algo comprometedor, sera mejor que lo ocultes ahora o pienses como safarla para siempre!!



Y el ultimo, El me gusta en un estado en el que te etiquetaron, "Con Rusaa Jess!! Alta colaaa...la del cine(?" Ese puede significar dos cosas, depende de cuan celoso/a y/o perseguido/a seas, para unos puede ser: "No me dijiste que ibas al cine!! y encima estas con esa/e" Y el otro significado seria: "SE FUERON Y NO ME INVITARON, TODO BIEN U_U"



O simplemente te gusto el estado, la foto, la actividad, todoooo de esa persona...



Aunque a veces, muy de vez en cuando, solo nos gusta el estado que escribio.

martes, 14 de agosto de 2012

La Deuda


Luego de estar varias horas frente al televisor comiéndome la canción de piñón fijo, y saberme completamente la coreografía: "manos arriba,puños cerrados..." decidí salir a la calle a conseguir el dinero que desesperadamente necesitaba.
Así que, aunque tenia mi dedo índice amputado del día que, accidentalmente, quise violar a una mujer,quien me lo rajo de un pedo, salí con mi mono tao muí, traído especialmente de pakistan totalmente empastillado, para utilizarlo como acompañante en mis actos.
El día era esplendido, el mono estaba drogado, un poco menos que yo, pero feliz, un poco mas que yo.
Llegamos a una calle muy transitada en la zona de Palermo.La calle estaba llena de mujeres. Creo que eran mujeres por sus ropajes, aunque sus voces lograban confundirme bastante. Eran un tanto amables y constantemente ofrecían que nos hospedemos en un hotel 24hs con ellas. No logre entender el objetivo de eso.
De cualquier manera quise seguir con mi plan de conseguir dinero con el mono y la canción de piñón fijo,
así que encendí el camión que había dejado estacionado un buen hombre, quien se ve que estaba ayudando a estas pobres muchachas a entrar en calor, y advertí que tendría que ser precavido, tenia que actuar con "carpa" para que este hombre no se diera cuenta que me estaba llevando, accidentalmente, su camión por error.
Luego de manejar por varias horas y alejarme de esa zona, estaba bastante cansado de manejar, así que lo puse a manejar al mono
cierro los ojos por unos segundos, cuando repentinamente siento una frenada y un fuerte golpe.
Una señora muy distraida había chocado mi camión!!
Con los ojos desorbitados y la mujer hecha concha en el piso, logre recordar lo que me enseño una vieja torta que conocí hacia muchos años, me había dicho: "si alguna vez vas durmiendo en un camión mientras tu mono esta al volante y una vieja choca tu camión, no desesperes solo saca un huevo y fríelo, la comida cura todo"
Así que es lo que hice, intente despertar a la vieja zamarreándola para que me vaya al super a comprar huevos, pero no tuve éxito. Creo que estaba durmiendo o se estaba haciendo la dormida para no pagarme los daños que le había hecho al camión o tan solo para no pagar los huevos.
Luego de insistir por varias horas, desistí de la idea, además ya me estaba empezando a dar un poco de asco toda esa sangre, así que mande al mono a comprarme los huevos y yo mientras tanto abrí la parte de atrás del camión para ver si tenia alguna hornalla donde freírlos.
Para mi sorpresa no había hornalla, solamente un hombre, atado de pies y manos, y en su frente unas letras.
Eran siglas, "ATM" decía. en ese mismo instante mi felicidad y gratitud fue inexplicable.
Sin dudarlo un momento, subí a la mujer a la parte de atrás del camión, encendí el vehículo y sin esperanzas de que vuelva el mono emprendí camino.
Debía encontrar una jaula lo antes posible.
Por suerte recordé las épocas en que solía trabajar en el zoológico, y sabia que ahí podría encontrar una.
Llegue allí, tome la jaula, me viole un león para recordar viejas épocas y retome camino hacia esa transitada calle de palermo.
cuando llegue, desate al hombre, quien estaba inconsciente, aun con las siglas en su frente, ate a la vieja y los metí a ambos en la jaula en la posición del misionero.Deje el camión allí y marche.
El mono había salvado mi pellejo. Las siglas significaban "Atentamente Tao Muí".
La vieja que atropello mi camión era la mujer a la que yo le debía el dinero. Mi mama. y el hombre atado atrás era el que la aguantaba a diario. Mi papa. Nadie sospecharía de mi.
Mis problemas habían terminado, y aparentemente los del mono también. ahora solo se drogaba por placer. Y yo pude al fin dejar de mirar piñón fijo!

domingo, 12 de agosto de 2012

Amor Tirano

Este "poema", por llamarlo de alguna manera, lo escribí hace ya unos cuantos años...muchooos!! creo que cuando tenia 18 o 19 años...y bueno, lo encontré y quería compartirlo...Dice así:

Sintiendo me levanto 
Con un dolor en mi pecho
Creo que aun me duele 
Lo que jugando me has hecho

Presiento que sola estoy 
Ya que sin ti me veo
Llorándote en silencio
Luchando por mi miedo

Podía jurar que la amabas
Lo veía en tus ojos bellos
Que a cada minuto insistían 
Con dejarme sin mis besos

Sola ahora estoy 
Muriendo por amor
Por que nunca pude encontrar 
Lo que había en tu interior

Buscando sigo tus huellas
Se que no seré tu razon de vida
Encontrar al menos un beso
Esa sera mi gran despedida

martes, 7 de agosto de 2012

Tarde o Temprano...

Tarde o temprano, aprenderemos que los amores más grandes pueden terminar en una sola noche. Que los mejores amigos pueden transformarse en grandes desconocidos y que éstos pueden convertirse en grandes amigos. Tarde o temprano, aprenderemos que nunca terminamos de conocer a alguien, ni siquiera a nosotros mismos. Que el ''nunca más'' nunca se cumple, y que el ''para siempre'' siempre se termina. Tarde o temprano, aprenderemos que con Fe y esfuerzo todo se puede: el que quiere; puede, logra y consigue. Tarde o temprano, aprenderemos que el físico se pierde con los años pero los sentimientos no, porque ciertamente el físico atrae, pero es la personalidad la que enamora. Tarde o temprano, aprenderemos el por qué de muchas cosas, aunque a veces haya razones que el corazón no entiende. Tarde o temprano, aprenderemos a querernos más a nosotros, porque nadie vale más que uno mismo, ni siquiera el ser que más amamos. Tarde o temprano, aprenderemos que las palabras se las lleva el viento, pero que los recuerdos siempre se quedarán en nuestro corazón. Y tarde o temprano, lograremos comprender que la vida se hizo para mirar para adelante, porque el tiempo no vuelve y tarde o temprano, todo se puede terminar..


viernes, 3 de agosto de 2012

Entierro


Parece que fue ayer la ultima vez que te vi.
Estabas tan hermosa como siempre y con tus sutiles juegos de mano me arrancabas un mechón de pelo muy dolorosamente, inundando de graciosos gritos mi cerebro.
Siempre vi esto como una tierna demostración de cariño. Quizás no era eso lo que pretendías.
Y parece que fue ayer cuando por última vez me dijiste que el sodero que te traía la soda sin gas, como a vos te gusta, se quedaría a cenar, nuevamente.
Siempre supe internamente que lo hacia con una segunda intención, estoy seguro que era por la comida. No soy de dudar de la gente, pero comprendí que en este mundo rencoroso, ya nadie es amable por que si.
Nunca termine de comprender por que seguías comprándole soda sin gas a aquel sujeto pudiendo comprar agua sin gas en el chino. Y deje de creer tu xenofobia por los orientales cuando el cartero que se asimilaba a un japonés, comenzó a tomar el te contigo.
El día me trataba bien. Las flores parecían cantar, o quizás era el porro que estaba pegando mal lo que me hacia alucinar. No lo se y nunca lo sabre, habrá que seguir probando para ver si siempre cantan cuando estoy así.
Viniste, sonrojada y algo sudada, parecía que habías corrido por horas a mi encuentro para dejarme la carta, aunque creo que solo estabas en la casa del vecino .
Ese viejo solteron, aunque no tan viejo para vos, según lo que me decías, para mi 40 años sin pareja es un viejo solteron.
Mi instinto nunca falla, o tal vez si, hasta ahora creo que no. Ese hombre tiene siempre algo raro en su porte, su mirada parece vacía, hasta cansada.
Intenta pretender soltura en sus movimientos, elegancia en su tono de voz sin procurar decir las palabras acordes a la conversación mantenida.
A mi me sigue pareciendo un viejo solteron. A vos parecía agradarte esta combinación de mal gusto en atuendos con su falta de coherencia en el habla. Y tienes tan buen corazón que has ido más de una vez a hacerle compañía para que no se sienta solo.
Esa era la mujer de la que me enamore. Esa dama tan cariñosa y caritativa.
Ahora que lo pienso mejor, seguramente tu alma bondadosa era la que mantenía el trabajo de ese sodero confianzudo a pesar de tu falta de consumo por el producto que vendía. Si, debía ser eso.
Como lamento haberte perdido amor mío. Aunque aun me duela recordarla, se que la carta que me anuncio tu partida no la olvidare jamás.
Lo raro es como supiste que ibas a morir y quienes iban a acompañarte, antes de escribir la carta, si no tenías ninguna enfermedad declarada.
Pero bueno, ya no importa, no estas. Y a pesar de que no pude estar en el cementerio, tengo el consuelo de que tus amigos pudieron despedirte.
Según tu carta, algo confusa, el sodero, el cartero y el vecino te han enterrado y así te has ido para no volver.

domingo, 29 de julio de 2012

CARTA DE R.DAWKINS A SU QUERIDA HIJA JULIET

Amada Juliet:

Ahora que has cumplido 10 años, quiero escribirte acerca de una cosa que para mí es muy importante. ¿Alguna vez te has preguntado cómo sabemos las cosas que sabemos? ¿Cómo sabemos, por ejemplo, que las estrellas que parecen pequeños alfilerazos en el cielo, son en realidad gigantescas bolas de fuego como el Sol, pero que están muy lejanas? ¿Y cómo sabemos que la Tierra es una bola más pequeña, que gira alrededor de esas estrellas, el Sol?

La respuesta a esas preguntas es “por la evidencia”. A veces, “evidencia” significa literalmente ver (u oír, palpar, oler) que una cosa es cierta. Los astronautas se han alejado de la Tierra lo suficiente como para ver con sus propios ojos que es redonda. Otras veces, nuestros ojos necesitan ayuda. El “lucero del alba” parece un brillante centelleo en el cielo, pero con un telescopio podemos ver que se trata de una hermosa esfera: el planeta que llamamos Venus. Lo que aprendemos viéndolo directamente (u oyéndolo, palpándolo, etc.) se llama “observación”.

Muchas veces, la evidencia no sólo es pura observación, pero siempre se basa en la observación. Cuando se ha cometido un asesinato, es corriente que nadie lo haya observado (excepto el asesino y la persona asesinada). Pero los investigadores pueden reunir otras muchas observaciones, que en un conjunto señalen a un sospechoso concreto. Si las huellas dactilares de una persona coinciden con las encontradas en el puñal, eso demuestra que dicha persona lo tocó. No demuestra que cometiera el asesinato, pero además pueda ayudar a demostrarlo si existen otras muchas evidencias que apunten a la misma persona. A veces, un detective se pone a pensar en un montón de observaciones y de repente se da cuenta que todas encajan en su sitio y cobran sentido si suponemos que fue Fulano el que cometió el asesinato.

Los científicos -especialistas en descubrir lo que es cierto en el mundo y el Universo- trabajan muchas veces como detectives. Hacen una suposición (ellos la llaman hipótesis) de lo que podría ser cierto. Y a continuación se dicen: si esto fuera verdaderamente así, deberíamos observar tal y cual cosa. A esto se llama predicción. Por ejemplo si el mundo fuera verdaderamente redondo, podríamos predecir que un viajero que avance siempre en la misma dirección acabará por llegar a mismo punto del que partió. Cuando el médico dice que tienes sarampión, no es que te haya mirado y haya visto el sarampión. Su primera mirada le proporciona una hipótesis: podrías tener sarampión. Entonces, va y se dice: “Si de verdad tiene el sarampión, debería ver….” y empieza a repasar toda su lista de predicciones, comprobándolas con los ojos (¿tienes manchas?), con las manos (¿tienes caliente la frente?) y con los oídos (¿te suena el pecho como suena cuando se tiene el sarampión?). Sólo entonces se decide a declarar “Diagnóstico que la niña tiene sarampión”. A veces, los médicos necesitan realizar otras pruebas, como análisis de sangre o rayos x, para complementar las observaciones hechas con sus ojos, manos y oídos.

La manera en que los científicos utilizan la evidencia para aprender cosas del mundo es tan ingeniosa y complicada que no te la puedo explicar en una carta tan breve. Pero dejemos por ahora la evidencia, que es una buena razón para creer algo, porque quiero advertirte en contra de tres malas razones para creer cualquier cosa: se llaman “tradición”, “autoridad” y “revelación”.

Empecemos por la tradición. Hace unos meses estuve en televisión, charlando con unos 50 niños. Estos niños invitados habían sido educados en diferentes religiones: había cristianos, judíos, musulmanes, hindúes, sijs… El presentador iba con el micrófono de niño en niño, preguntándoles lo que creían. Lo que los niños decían demuestra exactamente lo que yo entiendo por “tradición”. Sus creencias no tenían nada que ver con la evidencia. Se limitaban a repetir las creencias de sus padres y de sus abuelos, que tampoco estaban basadas en ninguna evidencia. Decían cosas como “los hindúes creemos tal y cual cosa”, “los musulmanes creemos esto y lo otro”, “los cristianos creemos otra cosa diferente”.

Como es lógico, dado que cada uno creía cosas diferentes, era imposible que todos tuvieran razón. Por lo visto, al hombre del micrófono esto le parecía muy bien, y ni siquiera los animó a discutir sus diferencias. Pero no es esto lo que me interesa de momento. Lo que quiero es preguntar de dónde habían salido sus creencias. Habían salido de la tradición. La tradición es la transmisión de creencias de los abuelos a los padres, de los padres a los hijos, y así sucesivamente. O mediante libros que se siguen leyendo durante siglos. Muchas veces, las creencias tradicionales se originan casi de la nada: es posible que alguien las inventara en algún momento, como tuvo que ocurrir con las ideas de Thor y Zeus; pero cuando se han transmitido durante unos cuantos siglos, el hecho mismo de que sean muy antiguas las convierte en especiales. La gente cree ciertas cosas sólo porque mucha gente ha creído lo mismo durante siglos. Eso es la tradición.

El problema con la tradición es que, por muy antigua que sea una historia, es igual de cierta o de falsa que cuando se inventó la idea original. Si te inventas una historia que no es verdad, no se hará más verdadera porque se trasmita durante siglos, por muchos siglos que sean.

En Inglaterra, gran parte de la población ha sido bautizada en la Iglesia Anglicana, que no es más que una de las muchas ramas de la religión cristiana. Existen otras ramas, como la ortodoxa rusa, la católica romana y la metodista. Cada una cree cosas diferentes. La religión judía y la musulmana son un poco más diferentes, y también existen varias clases distintas de judíos y de musulmanes. La gente que cree una cosa está dispuesta a hacer la guerra contra los que creen cosas ligeramente distintas, de manera que se podrá pensar que tienen muy buenas razones -evidencias- para creer lo que creen. Pero lo cierto es que sus diferentes creencias se deben únicamente a diferentes tradiciones.

Vamos a hablar de una tradición concreta. Los católicos creen que María, la madre de Jesús, era tan especial que no murió, sino que fue elevada al cielo con su cuerpo físico. Otras tradiciones cristianas discrepan, diciendo que María murió como cualquier otra persona. Estas otras religiones no hablan mucho de María, ni la llaman “Reina del cielo”, como hacen los católicos. La tradición que afirma que el cuerpo de María fue elevado al cielo no es muy antigua. La Biblia no dice nada de cómo o cuándo murió; de hecho, a la pobre mujer apenas se la menciona en la Biblia. Lo de que su cuerpo fue elevado a los cielos no se inventó hasta unos seis siglos después de Cristo. Al principio, no era más que un cuento inventado, como Blancanieves o cualquier otro. Pero con el paso de los siglos se fue convirtiendo en una tradición y la gente empezó a tomársela en serio, sólo porque la historia se había ido transmitiendo a lo largo de muchas generaciones. Cuanto más antigua es una tradición, más en serio se la toma la gente. Y por fin, en tiempos muy recientes, se declaró que era una creencia oficial de la Iglesia Católica: esto ocurrió en 1950, cuando yo tenía la edad que tienes tú ahora. Pero la historia no era más verídica en 1950 que cuando se inventó por primera vez, seiscientos años después de la muerte de María.

Al final de esta carta volveré a hablar de la tradición, para considerarla de una manera diferente. Pero antes tengo que hablarte de la otras dos malas razones para creer una cosa: la autoridad y la revelación.

La autoridad, como razón para creer algo, significa que hay que creer en ello porque alguien importante te dice que lo creas. En la Iglesia Católica, por ejemplo, la persona más importante es el Papa, y la gente cree que tiene que tener razón sólo porque es el Papa. En una de las ramas de la religión musulmana, las personas más importantes son unos ancianos barbudos llamados ayatolás. En nuestro país hay muchos musulmanes dispuestos a cometer asesinatos sólo porque los ayatolás de un país lejano les dicen que lo hagan.

Cuando te decía que en 1950 se dijo por fin a los católicos que tenían que creer en la asunción a los cielos del cuerpo de María, lo que quería decir es que en 1950 el Papa les dijo que tenían que creer en ello. Con eso bastaba. ¡El Papa decía que era verdad, luego tenía que ser verdad! Ahora bien, lo más probable es que, de todo lo que dijo el Papa a lo largo de su vida, algunas cosas fueron ciertas y otras no fueron ciertas. No existe ninguna razón válida para creer que todo lo que diga sólo porque es el Papa, del mismo modo que no tienes por qué creer todo lo que te diga cualquier otra persona. El Papa actual ha ordenado a sus seguidores que no limiten el número de sus hijos. Si la gente sigue su autoridad tan ciegamente como a él le gustaría, el resultado sería terrible: hambre, enfermedades y guerras provocadas por la sobrepoblación.

Por supuesto, también en la ciencia ocurre a veces que no hemos visto personalmente la evidencia, y tenemos que aceptar la palabra de alguien. Por ejemplo, yo no he visto con mis propios ojos ninguna prueba de que la luz avance a una velocidad de 300.000 kilómetros por segundo, sin embargo, creo en los libros que me dicen la velocidad de la luz. Esto podría parecer “autoridad” pero en realidad es mucho mejor que la autoridad, porque la gente que escribió esos libros sí que había observado la evidencia, y cualquiera puede comprobar dicha evidencia siempre que lo desee. Esto resulta muy reconfortante. Pero ni siquiera los sacerdotes se atreven a decir que exista alguna evidencia de su historia acerca de la subida a los cielos del cuerpo de María.

La tercera mala razón para creer en las cosas se llama “revelación”. Si en 1950 le hubieras podido preguntar al Papa cómo sabía que el cuerpo de María había ascendido al cielo, lo más probable es que te hubiera respondido que “se le había revelado”. Lo que hizo fue encerrarse en su habitación y rezar pidiendo orientación. Había pensado y pensado, siempre solo, y cada vez se sentía más convencido. Cuando las personas religiosas tienen la sensación interior de que una cosa es cierta, aunque no exista ninguna evidencia de que sea así, llaman a esa sensación “revelación”. No sólo los Papas aseguran tener revelaciones. Las tienen montones de personas de todas las religiones, y es una de las principales razones por las que creen las cosas que creen. Pero ¿es una buena razón?
Supón que te digo que tu perro ha muerto. Te pondrías muy triste y probablemente me preguntarías: “¿Estás seguro? ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo ha sucedido?” y supón que yo te respondo: “En realidad no sé que Pepe ha muerto. No tengo ninguna evidencia. Pero siento en mi interior la curiosa sensación de que ha muerto”. Te enfadarías conmigo por haberte asustado, porque sabes que una “sensación” interior no es razón suficiente para creer que un lebrel ha muerto. Hacen falta pruebas. Todos tenemos sensaciones interiores de vez en cuando, y a veces resulta que son acertadas y otras veces no lo son. Está claro que dos personas distintas pueden tener sensaciones contrarias, de modo que ¿cómo vamos a decidir cuál de las dos acierta? La única manera de asegurarse que un perro está muerto es verlo muerto, oír que su corazón se ha parado, o que nos lo cuente alguien que haya visto u oído alguna evidencia real de que ha muerto.

A veces, la gente dice que hay que creer en las sensaciones internas, porque si no, nunca podrás confiar en cosas como “mi mujer me ama”. Pero éste es un mal argumento. Puedes encontrar abundantes pruebas de que alguien te ama. Si estás con alguien que te quiere, durante todo el día estarás viendo y oyendo pequeños fragmentos de evidencia, que se van sumando. No se trata de una pura sensación interior, como la que los sacerdotes llaman revelación. Hay datos exteriores que confirman la sensación interior: miradas en los ojos, entonaciones cariñosas en la voz, pequeños favores y amabilidades; todo eso es autentica evidencia.

A veces, una persona siente una fuerte sensación interior de que alguien la ama sin basarse en ninguna evidencia, y en estos casos lo más probable es que esté completamente equivocada. Existen personas con una firme convicción interior de que una famosa estrella de cine las ama, aunque en realidad la estrella siquiera las conoce. Esta clase de personas tienen la mente enferma. Las sensaciones interiores tienen que estar respaldadas por evidencias; si no, no podemos fiarnos de ellas.
Las intuiciones resultan muy útiles en la ciencia, pero sólo para darte ideas que luego hay que poner a prueba buscando evidencias. Un científico puede tener una “corazonada” acerca de una idea que, de momento, sólo “le parece” acertada. En sí misma, ésta no es una buena razón para creer nada; pero sí que puede razón suficiente para dedicar algún tiempo a realizar un experimento concreto o buscar pruebas de una manera concreta. Los científicos utilizan constantemente sus sensaciones interiores para sacar ideas; pero estas ideas no valen nada si no se apoyan con evidencias.

Te prometí que volveríamos a lo de la tradición, para considerarla de una manera distinta. Me gustaría intentar explicar por qué la tradición es importante para nosotros. Todos los animales están construidos (por el proceso que llamamos evolución) para sobrevivir en el lugar donde su especie vive habitualmente. Los leones están equipados para sobrevivir en las llanuras de África. Los cangrejos de río están construidos para sobrevivir en agua salada. También las personas somos animales, y estamos construidos para sobrevivir en un mundo lleno de… otras personas. La mayoría de nosotros no tienen que cazar su propia comida, como los leones y los bogavantes; se las compramos a otras personas, que a su vez se la compraron a otras. Nadamos en un “mar de gente”. Lo mismo que el pez necesita branquias para sobrevivir en el agua, la gente necesita cerebros para poder tratar con otra gente. El mar de está lleno de agua salada, pero el mar de gente está lleno de cosas difíciles de aprender. Como el idioma.

Tú hablas inglés, pero tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de vosotras habla el idioma que le permite hablar en su “mar de gente”. El idioma se transmite por tradición. No existe otra manera. En Inglaterra, tu perro Pepe es a dog. En Alemania, es ein Hund. Ninguna de estas palabras es más correcta o más verdadera que la otra. Las dos se transmiten de manera muy simple. Para poder nadar bien en su propio “mar de gente”, los niños tienen que aprender el idioma de su país y otras muchas cosas acerca de su pueblo; y esto significa que tienen que absorber, como si fuera papel secante, una enorme cantidad de información tradicional (Recuerda que “información tradicional” significa, simplemente, cosas que se transmiten de abuelos a padres y de padres a hijos.) El cerebro del niño tiene que absorber toda esta información tradicional, y no se puede esperar que el niño seleccione la información buena y útil, como las palabras del idioma, descartando la información falsa o estúpida, como creer en brujas, en diablos y en vírgenes inmortales.

Es una pena, pero no se puede evitar que las cosas sean así. Como los niños tienen que absorber tanta información tradicional, es probable que tiendan a creer todo lo que los adultos les dicen, sea cierto o falso, tengan razón o no. Muchas cosas que los adultos les dicen son ciertas y se basan en evidencias, o, por lo menos en el sentido común. Pero si les dicen algo que sea falso, estúpido o incluso maligno, ¿cómo pueden evitar que el niño se lo crea también? ¿Y que harán esos niños cuando lleguen a adultos? Pues seguro que contárselo a los niños de la siguiente generación. Y así, en cuanto la gente ha empezado a creerse una cosa -aunque sea completamente falsa y nunca existan razones para creérsela-, se puede seguir creyendo para siempre.

¿Podría ser esto lo que ha ocurrido con las religiones? Creer en uno o varios dioses, en el cielo, en la inmortalidad de María, en que Jesús no tuvo un padre humano, en que las oraciones son atendidas, en que el vino se transforma en sangre…, ninguna de estas creencias está respaldada por pruebas auténticas. Sin embargo, millones de personas las creen, posiblemente porque se les dijo que las creyeran cuando todavía eran suficientemente pequeñas como para creerse cualquier cosa.

Otros millones de personas creen en cosas diferentes, porque se les dijo que creyesen en ellas cuando eran niños. A los niños musulmanes se les dice cosas diferentes de las que se les dicen a los niños cristianos, y ambos grupos crecen absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros se equivocan. Incluso entre los cristianos, los católicos creen cosas diferentes de las que creen los anglicanos, los episcopalianos, los shakers, los cuáqueros, los mormones o los holly rollers, y todos están absolutamente convencidos de que ellos tienen razón y los otros están equivocados. Creen cosas diferentes exactamente por las mismas razones por las que tú hablas inglés y tu amiga Ann-Kathrin habla alemán. Cada una de los dos idiomas es el idioma correcto en su país. Pero de las religiones no se puede decir que cada una de ellas sea la correcta en su propio país, porque cada religión afirma cosas diferentes y contradice a las demás. María no puede estar viva en la católica Irlanda del Sur y muerta en la protestante Irlanda del Norte.

¿Qué se puede hacer con todo esto? A ti no te va a resultar fácil hacer nada, porque sólo tienes 10 años. Pero podrías probar una cosa: la próxima vez que alguien te diga algo que parezca importante piensa para tus adentros: “¿Es ésta una de esas cosas que la gente suele creer basándose en evidencias? ¿O es una de esas cosas que la gente cree por la tradición, autoridad o revelación?” Y la próxima vez que alguien te diga que una cosa es verdad, prueba a preguntarle “¿Qué pruebas existen de ello?” Y si no pueden darte una respuesta, espero que te lo pienses muy bien antes de creer una sola palabra de lo que te digan.

Te quiere,
Papá.